7 jun 2016

Los venezolanos se alinean detrás de una Polar asediada por el gobierno de Maduro

Lorenzo Mendoza, presidente de empresas Polar, en foto archivo, durante recorrido por unas de sus plantas
Para la mayoría de los venezolanos que padecen la escasez de alimentos, Lorenzo Mendoza y la compañía que dirige, Empresas Polar S.A., son proveedores confiables de todo tipo de artículos, desde pasta a cerveza. Para el atribulado gobierno populista de Venezuela, sin embargo, Polar y su presidente son traidores a la patria responsables de las penurias que sufre el pueblo.

El presidente Nicolás Maduro lo tildó de “parásito” en un discurso televisado en el que acusó a Mendoza y a Polar de acaparar productos como parte de una “guerra económica” para derrocar al gobierno. “No te equivoques, porque te pudiera salir muy mal tu equivocación, parásito, oligarca, pelucón”, dijo Maduro.

“Esto es muy grave. Estoy muy preocupado”, reconoció Mendoza en una entrevista reciente con The Wall Street Journal. Hasta ahora, el empresario había sido renuente a hablar en público de los problemas de su compañía. “En este momento, el gobierno nos está estrangulando”.

Todo esto es parte de una dañina espiral descendiente para Venezuela, que tiene reservas comprobadas de petróleo que superan a las de Arabia Saudita, pero ahora está tan escasa de efectivo que no puede pagar las importaciones de alimentos necesarios para 30 millones de personas. Con la brusca caída del precio del petróleo, las importaciones se han reducido 60% este año en comparación con 2012, la mayor caída en la historia moderna del país, según Bank of America Corp.

Un tercio de los hogares venezolanos consume dos comidas al día y 13% apenas una sola, dijo recientemente la firma de encuestas Venebarómetro. Las colas para comprar alimentos se extienden varias cuadras y los saqueos de las tiendas son habituales.

La empresa ha soportado las fulminantes críticas de los gobiernos de Maduro y su antecesor, Hugo Chávez, que en 2010 amenazó con expropiar algunas instalaciones de la compañía, y le dijo a Mendoza: “Si usted quiere ir al cielo, venda todo lo que tenga y repártalo entre los pobres. Los ricos, al cielo no van”.

Mendoza, que ha evitado arremeter contra el gobierno, niega haber hecho cualquier cosa para debilitar la economía, y dijo que aceptará cualquier invitación oficial para sentarse y discutir soluciones. Lo que no entiende son los insultos personales, que él dice que asustan a sus hijos pequeños. “No estoy acostumbrado y no es algo natural. Lo que han hecho es insultarme, descalificarme sin ningún propósito. Algunas veces es porque estoy conspirando no sé dónde. Y estoy aquí, en Caracas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario